Con llamativos colores e infinitas formas geométricas, los ikats han vestido a los mallorquines desde hace cientos de años. Estas telas, que todavía se fabrican de forma artesanal, están inspiradas en los diseños que llegaban en grandes navíos provenientes de Asia a su paso por la Ruta de la Seda.
La insularidad de Mallorca hizo que esta fuera un punto de parada para los barcos que realizaban las rutas comerciales entre Asia y Europa durante los siglos V-VII. En sus bodegas transportaban multitud de objetos, especias y mercaderías exóticas. Los lugareños se hacían con ellos y pronto descubrieron lo que entonces se conocían como “flámulas” y hoy telas de lenguas.
Reciben este nombre porque las formas extrañas y enrevesadas que presentan sus diseños recuerdan a las lenguas del fuego cuando bailan en una hoguera. Con los años, estas han adquirido un carácter propio que respira los aires del mediterráneo y se consideran un producto autóctono de la isla.
Sin embargo, prueba de la conexión de Mallorca con países lejanos, se han encontrado ejemplos de telas producidas de forma similar en lugares tan dispares como Afganistán, Indonesia, Colombia o México. También en España y el resto de Europa se utilizó esta técnica, pero la insularidad del archipiélago sirvió para aislarla del resto de la península y pervivió aquí hasta nuestros días.
Los ikats se realizan aplicando una técnica milenaria que se caracteriza por el teñido de las fibras por reserva. Es decir, se practican unas ataduras para que el tinte no penetre en determinadas zonas del hilo. Una vez teñido, comienza a tejerse la pieza con él y va apareciendo el dibujo en función de la posición de las ataduras y los colores utilizados.
Hechos con fibras naturales y diseños únicos
Sus tonalidades, que combinan a la perfección, y los divertidos patrones han hecho que a estas telas se les hayan dado diferentes usos. Se pueden ver adornando ventanas o como parte de la tapicería, dando a la decoración del hogar un aire mediterráneo muy especial. Las telas de lenguas también visten los pies de los mallorquines al utilizarse para fabricar alpargatas de esparto.
Sin embargo, hoy en día escasean los talleres que todavía se dediquen a tejer ikats de forma tradicional. Uno de los que todavía perdura es Teixits Vicens, una empresa familiar especializada en la fabricación de telas de lenguas desde 1854. A pesar del tiempo, sus telas se realizan de forma artesanal.
En su taller preparan el algodón blanco para teñirlo buscando el dibujo deseado. Después, como decíamos, componen el dibujo en el telar utilizando la técnica del tejido a la plana. Obtienen, por tanto, un producto de gran calidad, único y fabricado con fibras naturales (70% de algodón y un 30% de lino).
De su fábrica salen alpargatas, cojines, cortinas y manteles que llevan puesta la tradición y el sello mallorquín de los colores vivos y las formas geométricas.
Este producto autóctono es, por tanto, uno de los mejores recuerdos de la isla. No sólo por su tradición, sino también por su belleza y valor. Los ikats o telas de lenguas son la representación del diseño y la artesanía mallorquina.